viernes, noviembre 23, 2012

Hemos recuperado El Collao para el Alcoyano


Deben estar tranquilos, el campo de El Collao no lo ha comprado ningún jeque árabe. Tampoco se va a ampliar, de momento, y no creo que haya conciertos en muchos años. Está en Watergate, el Prestige, el 11 M y el concierto de Sabina y Serrat como sucesos de la historia que hicieron caer a un gobierno. De lo que quiero hablarles hoy es de fútbol. Sé que el 51 por ciento de los lectores dejarán este artículo a medio leer ahora porque “ya volvemos al fútbol… ¿no hay otra cosa?’. No se pueden quejar, porque hace meses que no menciono al deporte Rey. Pero es que el pasado miércoles, el Collao volvió a convertirse –muchos meses después- en un escenario de ensueño. Había apenas 1200 personas; bastante menos de las que deberían asistir, ya que somos 1800 socios. Hacía fresquito y el Madrid contraprogramaba en la tele contra el Manchester City. Éramos poquitos, pero fuimos capaces de recuperar una alegría tremenda que nos sacó de la zozobra y la depresión generalizada de lo vital, laboral, económico y futbolístico que nos ha tocado vivir en los últimos tiempos.
En El Collao pasó algo increíble. Andábamos un tanto atemorizados con el Olimpic de Xàtiva líder y con sólo 3 goles en contra, con Alfonso Rus en la grada y con cierto mal rollito después de la derrota del domingo en Valencia. Nadie sabía qué iba a pasar. Y sucedió. El Deportivo (en las gestas somos el ‘Deportivo’ y en los honores el ‘Alcoyano’) saltó al campo con la intención de comerse la hierba regada o sin regar. La Federación nos había privado de dos titulares que resultaban sancionados en el último minuto… Vamos, que no pintaba nada bien. Sin embargo, el equipo nos ofreció tres goles en 45 minutos y una intensidad de juego poco habitual de la Segunda B. Los de Xàtiva –buenos amigos- no pudieron ni oler la pelota y creo que todavía tienen pesadillas de color blanquiazul. Lo mejor, independientemente del juego y el resultado, fue la reacción de un público castigado por un descenso de categoría hace pocos meses. Unos aficionados enamorados de su equipo y que lo despidieron de pie, con aplausos entregados y con el grito de ‘Deportivo, Deportivo’. Los alcoyanistas se pusieron muy cachondos y  las ovaciones estaban seguidas por ‘olés’ cada vez que el balón recorría de derecha a izquierda y de arriba abajo el nuevo césped. Una gozada. Hacía muchos meses que no abandonábamos El Collao con una gran sonrisa en la boca. Hacía mucho tiempo que no nos metíamos en la cama con el recuerdo de la jugada de Devesa o el gol de César Remón… sin pensar en la hipoteca, la crisis o los gobiernos.
Gracias y ¡bienvenidos al Collao, el Nuevo Collao!

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